miércoles, 25 de febrero de 2009

Sobre la impostura de pensar

“Me complace ver con los ojos y no con
las páginas leídas” – Alberto Caeiro.



Quién que pueda ver sólo con los ojos y no con las páginas leídas, ni con las canciones escuchadas, ni con las verdades dichas, ni con los pasos andados: sólo ver, como quien acepta lo que se le da y no lo cuestiona.
Pero pensar es tan atrayente. Uno piensa y cambia lo externo y lo vuelve propio y hace de si mismo un creador y todo adquiere sentido. Pero pensar el mundo es alejarse del mundo y acercarse a uno mismo. Pensar el mundo es dejar de estar en él, es abandonarlo en pos de una realidad que no existe.
Así, me declaro incapaz de ver lo que me rodea con mis ojos, porque mis ojos son los de otros, y los ojos de los otros están enfermos. Poseo la enfermedad de los hombres: la de vivir modificándolo todo, incluso el pasado, incluso el presente, incluso todos mis posibles futuros.
Soy lo que leo, lo que escucho, lo que siento, y mis sentidos me reportan la realidad y mi mente la destruye. El mundo ya no es lo externo. El mundo soy yo.

2 comentarios:

Clarice Baricco dijo...

Te leo y pienso.

Luis Gonzalí dijo...

Exacto... Es por eso que todo esto es una impostura...