sábado, 21 de agosto de 2010

Erótico – Surreal ó Sobre el amor pasional

La ropa desgarrada había terminado en el pasillo antes de entrar a la habitación de aquel hotel, por lo que se metieron a la cama vistiendo únicamente la máscara de seducción con la que todo había comenzado. Entre juegos y caricias, no tardaron en darse cuenta de que desgarrar la ropa no iba a ser suficiente, así que, con las uñas clavadas en la piel del otro, fueron poco a poco arrancándose los trozos de carne, esparciéndolos a lo largo del cuarto como evidencias de su amor. A pesar de que ninguno de los dos había experimentado el sexo tan pasional, completamente desgarrados, no tardaron mucho en llegar al orgasmo.

Dicen que después de horas y horas de llamar a la puerta sin respuesta, entraron a la fuerza. La escena era de completo terror. La carne esparcida por el cuarto, toda alrededor de un escarabajo pelotero sobre una muñeca de trapo, desconcertó al inicio a los investigadores. Todo empezó a quedar claro cuando fueron encontradas sobre la cama las dos mascaras: una de galán de revista con la barba crecida de tres días, y una de rubia de nariz respingada y labios rojos carnosos. Los que vieron la escena dicen que la expresión de satisfacción en ambas nunca se ha vuelto a ver en aquel hotel.

sábado, 14 de agosto de 2010

Cuento de horror #2

Había encontrado en que ocupar su día, un lugar donde dormir, y con quién pasar la noche. Todo le iba saliendo bien y justo cuando pensaba que todo regresaría a la normalidad de nuevo, Gregorio Samsa se volvió a transformar en hombre.

sábado, 7 de agosto de 2010

Los espejos y la cópula ó De la degradación inversa de la realidad

Un hombre escribe que un hombre se ve en un espejo haciéndole el amor a una mujer. Ellos, los de adentro, están concentrados en amarse y sentir. El otro está concentrado en ver el rostro de ella en el reflejo, un fetiche que ha tenido por años, y ella, con la mirada perdida, piensa en su otro amante y en el tiempo que ha pasado con él. El que escribe, sin espejos ni cópula, sólo quiere que ella regrese y vuelva a ser suya; y yo, yo sólo busco que alguno de ellos me dé indicios de que ella algún día fue real.