viernes, 13 de febrero de 2009

Saludo a Alvaro de Campos

Hoy me quito el sombrero de copa que soy, y te saludo
Ingeniero metafísico, viajero incansable
Desde el otro lado del mar te contemplo y me siento acompañado.

Hoy me paro en el puerto de todos los barcos que viste partir, y te saludo
Hombre que sólo fue en barcos que nunca partían
Ausente de ti, como cualquier otro, ajeno a toda sensación.

Hoy levanto esta copa de tedio de todas estas casas, y te saludo
Y confirmo que todas estas casas siempre han sido las mismas
Y comparto la saudade de saberme presente entre todo lo pasado.

Hoy me detengo frente al modernismo de la máquina, y te saludo
Y saludo a todos los Platones y a todo los Kants que esta máquina procesa
Y mi alivio es eterno, pues sé que se procesan para mí.

Hoy escribo una ridícula carta de amor, y te saludo
Ridícula en forma y en fondo, en rima o en prosa, ¡que más da!
Porque el alma se vuelca en papel, y eso también es ridículo.

Hoy mojo mis pies en el mar de todas las costas, y te saludo
Esperando que el cielo y el mar se unan en donde sea que tú estés
En esa máscara en la que existes y creas y piensas y nunca mueres.

Hoy, desde el otro lado del universo, saludo a Whitman, y te saludo
Y saludo a Caeiro y a Pessoa y a todos tus maestros saludo
Y desde la buhardilla te veo pasar y escucho la voz de Dios en un pozo ciego.

Hoy me empapo en los absolutos de todas tus palabras, y te saludo
Camino todos los senderos de todas las ciudades de todos los mundos, y te saludo
Y sentado en la orilla de todas las lagunas de melancolía que tengo en el alma, te saludo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hoy yo también mojo mis pies en el mar de todas las costas y recuerdo que leí a Whitman a la edad justa, cuando adolescente, y me vi en la cárcel con el rostro de otro. Y fui uno con la hoja y con la hormiga y creí en el hombre y a veces creo. Eso y nada más que eso haría falta hoy.