martes, 17 de marzo de 2009

Zona de guerra

Conozco la secuencia de memoria. Primero, el rugido de guerra que anuncia el inicio de las hostilidades. Después, los tirones que me dejan desnudo con el frío entumiéndome la piel. Y por último, las patadas. Una tras otra, todas empujándome al abismo hasta que logra tirarme, deshacerse de mi, marcar su territorio.
Es por eso que a veces la hago enojar con cosas sin sentido. Ella cree que me castiga haciéndome dormir en el sillón, y yo, con una felicidad casi evidente, acepto mi castigo sin reclamar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Por qué tanto masoquismo???