jueves, 19 de marzo de 2009

En las cenizas del recuerdo

A mi padre


Camino ahora por las cenizas de aquel recuerdo
Y te veo fumar desde un balcón del alma
Esa alma con la camisa abierta a medio pecho
Ese pecho que late todavía en mi sien cansada.

La muerte ya no se esconde en los relojes
Y el tiempo que no usaste se acumula en algún rincón
Ajándose en blanco y negro, en bastidores inconclusos
En noches eternas de cuartos negros y focos rojos.

Y es que la vida es esto: un radiador descompuesto,
Una verdad inventada al hilo en cualquier semáforo,
Una taquería remodelada con tacos de-a-peso,
Una máquina casera para aplastar queso.

Y no hay más, sólo la memoria que quiere permanecer
Sólo el insomnio en una madrugada que no es esta
Sólo el corazón que juega chueco cuando te veo en la calle
Sólo el tiempo que se queda aquí, haciendo nudo la garganta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eso es la vida, un radiador descompuesto, una verdad inventada al hilo en cualquier semaforo, un dia el impulso del mar, un dia no querer volver y siempre estar volviendo.
Porque uno camina, cree caminar y avanzar hacia alguna parte. Pero no. Del centro no se puede escapar.
Me alegra verte volver.