lunes, 2 de marzo de 2009

Ya no la extraño

Ya no la extraño, se seguía repitiendo una y otra vez mientras entraba a su departamento con aquella mujer en brazos, completamente alcoholizada. Después de tantos años de estar juntos ya no la extraño, se seguía repetiendo. Mientras la mujer se desnudaba sobre la cama, él la veía desde lejos. ¿Que pasa? dijo ella, ¿todo bien?. Él, sin responder, entró al baño. Todo está en mi mente, pensó, y si he decidido no extrañarla es para ya no tener que estar dudando de todo esto.
Cuando entró de nuevo a la habitación estaba completamente convencido de no volver a pensar en ella nunca más. Pero ella estaba ahí, la mujer que había amado, dormida en un charco de vómito, completamente desnuda... Ya no la extraño, se volvió a repetir.

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