sábado, 9 de mayo de 2009

Promesas

Aquella noche, acostados en el capó de su coche, le creí cuando me prometió todas las estrellas. Durante algún tiempo lo amé, y creí que él también me amaba, hasta que un día azotó la puerta de la casa y se marchó.
Por despecho me acosté con todos los hombres que pude, hasta que me diagnosticaron este virus mortal. Fue entonces cuando él, sin saber de mi enfermedad, regresó a mis brazos.
Yo aun no me he decido a confesarle que ahora él también morirá por este virus, aunque se lo he dado a entender cuando, tendidos en la cama, le prometo que algún día alcanzaremos juntos todas esas estrellas que aquella noche me prometió, acostados en el capó de su coche.

Segunda mención en el concurso de mayo 09 del sitio Minificciones