viernes, 29 de mayo de 2009

Hasta las últimas consecuencias

Pasó todo el día buscando un gran finale. Lo tenía todo: un motivo, un nudo que destejer, un personaje desesperado, un crimen que perseguir. Toda su argumentación era perfecta, sólo tenía que decidir el final, ése que haría que todo tuviera un significado distinto.
Salió a caminar. Necesitaba aclarar la mente. Cuando dobló la esquina vio el asalto. Vio como su personaje, con el cuchillo en la mano, exigía el dinero a un peatón. La carta que le había escrito su mujer la noche anterior explicando su enfermedad también se asomaba por la bolsa de la camisa. Vio como, ante la negación del peatón y su propia desesperación, le clavaba el cuchillo en el pecho y empezaba a correr.
Con cierta incertidumbre empezó a correr detrás de su personaje. Necesitaba conocer el final de la historia. Asustado, éste intentaba escapar empujando a las personas que le tapaban el paso. Corrieron hasta que llegaron a una avenida que ambos cruzaron sin mirar. Todo fue muy rápido: a media calle un coche no logró frenar a tiempo y los golpeó. El asaltante murió enseguida, y él, todavía creyéndose escritor omnisapiente de la historia, con su último aliento de vida se limitó a sonreír.

2 comentarios:

Carolina dijo...

ME ATRAPASTE. SIN DUDA CON TUS ESCRITOS NO SÓLO SALÍS DE LA COTIDIANEIDAD SINO QUE, ADEMÁS, NOS SACÁS DE LA RUTINA A LOS LECTORES. UN ABRAZO

Luis Gonzalí dijo...

Gracias Carolina... que bueno que te haya gustado...
Siempre es bueno recibir palabras de aliento...

Un abrazo igual...