miércoles, 28 de enero de 2009

Escribir...

La hoja en blanco como metáfora de la vida se levanta frente a mí y me confronta. Abandonar la realidad y el tiempo como la revelación de cada instante. Dejar de existir en el presente. Enajenar los sentidos y sólo sentir aquello que se desea expresar. Asignar a cada palabra un significado de fatalidad. Morir en cada punto, en cada coma. Escribir.
Como en el proceso creativo, la vida no es un continuo, no se vive todos los días, y ese lapso entre vida y vida no es otra cosa más que un ensayo de la muerte.
La vida plena es, entonces, la resurrección en cada instante, o desde otro enfoque, la constante muerte. Transformar cada momento en una muerte para poder nacer de todas las formas posibles. Serlo todo, abarcarlo todo…

1 comentario:

Anónimo dijo...

mmmm (Suspiro)

Resusitemos pues!!!