martes, 13 de octubre de 2009

Thriller 3

Años atrás, cuando abandoné súbitamente la casa que recién había comprado, no pensé que alguien me dejaría una nota por si regresaba, pero me equivoqué. La nota que estaba sobre la mesa de la cocina iba dirigida a mí.
El mensaje escrito en la estilizada letra de mi hermana sobre el pedacito enmohecido de papel aliviaba mis sospechas. Nadie había ligado mi desaparición con ningún otro suceso, signo inequívoco de que todo había funcionado a la perfección.
Levanté la nota y antes de prenderle fuego y dejar todo mi pasado atrás, volví a leer y sonreí: Llámame, Papá ha muerto.

3 comentarios:

David Moreno dijo...

Nadie sospechaba, pero ¿hasta cuándo se saldría con la suya?

Buen relato Luis

Un saludo indio

Luis Gonzalí dijo...

Ey, gracias por visitar...

Un saludo

Q. Johnson dijo...

Lo leí, y al final, sentí algo en el pecho; Me gusta leer y tener esas sensaciones. Fue un placer leerlo para terminar el día.