Cuando abrí el archivo en donde estaba escribiendo mi última novela, una nota al final del capítulo clímax, decía: «Querido Diosito: Mi papa ha sido bueno con nosotros, por favor, ayúdalo a curarse». Estaba confundido. Toda la trama del relato estaba fundamentada en la muerte de ese hombre, ¿por qué habría de cumplir los deseos de uno de mis personajes secundarios?
4 comentarios:
Hay personajes que se toman demasiadas libertades. Se impone poner orden.
A veces no se como le hacen para sacar de quicio a uno, pero lo logran... Estoy de acuerdo. Medidas deben ser tomadas...
Aplaudo de pie.
Te imaginé al estilo Jim Carrey en Todo Poderoso.Me encantó
Carolina, siempre con tus palabras de aliento... Muy agradecido... Un abrazo...
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