Soñaba que las palabras lo perseguían. El lenguaje siempre cambiante, siempre en busca de juegos y de dobles sentidos iba tras de él. Sinónimos en distintas lenguas se le aparecían de frente y su mente confundida no daba para entender absolutamente nada.
Fue cuando empezaron a aparecer los escritores. Cervantes, Shakespeare, Sun Tzu, y un gran número de personalidades desfilaban a su alrededor parloteando cada uno su obra en distintas lenguas. El último en aparecerse fue un escritor inglés de hace varios siglos, y cuando por fin pudo despertar, las yeguas de la noche seguían ahí…
Fue cuando empezaron a aparecer los escritores. Cervantes, Shakespeare, Sun Tzu, y un gran número de personalidades desfilaban a su alrededor parloteando cada uno su obra en distintas lenguas. El último en aparecerse fue un escritor inglés de hace varios siglos, y cuando por fin pudo despertar, las yeguas de la noche seguían ahí…
3 comentarios:
Que pesadilla Luis! tener a los escritores frente a frente y no poder comprenderles!
Muy bueno, como siempre señor! Tiene muchos condimentos. Sabrosón.
Saludos!
No sé qué es peor si la pesadilla o los despertares... ay!
Un saludo indio
Claudia, horror que heredamos desde Babel...
No comments, definitivamente el despertar, cuando es amargo, siempre será peor que la pesadilla...
Saludos
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