Hay un hombre sentado en la punta de la escollera. Ese hombre no sabe porqué está ahí, tampoco sabe porqué sostiene una red de pescar en sus manos. Atrás de él, recostadas en el capó de un coche, dos mujeres y una niña lo ven con hastío. Ellas tampoco saben porqué están ahí, pero aun así mantienen su postura sin decir ninguna palabra; además, una parvada de gaviotas pasa volando, todas ellas desconcertadas y sin rumbo aparente. Todo este paisaje es bañado por la luz del sol que acaricia y broncea los cuerpos.
Del otro lado del mundo, un hombre escribe estas líneas. Él tampoco sabe el porqué de sus actos pero siente que, de no haber escrito esto, alguien no hubiera podido acabar con coherencia el cuento que estaba intentando hacer.
6 comentarios:
A veces no sabemos el porqué de las cosas, pero sentimos que hemos de hacerlas, como escribir estas líneas...
Un saludo indio
Exacto... Uno a veces empieza a escribir sin saber como es que acabarán las cosas, y aun así, uno no se detiene al hacerlo...
Un saludo
Otra vez Arroz!
Menos mal que no te dedicas a ésto niño, si nó, que sería de nosotros!
Sí, te han preseleccionado nuevamente en Minificciones.
Mis sinceras felicitaciones!
Saludos!
jajajaja, Bueno, tu también estás seleccionada... Y ultimamente también ha sido muy seguido...
He tenido un poco descuidado este espacio... Espero pronto poder reactivarlo...
Un saludo
Luis, me alegra haber llegado hasta este blog luego de leerte continuamente en minificciones. Estaré atento para volver pronto! Saludos
Martin, Gracias... He andado un poco flojo, pero espero subir cosas pronto...
Saludos
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